Tenemos
cicatrices en los lugares más insospechados como si fueran mapas secretos de
nuestra historia personal, vestigios de viejas heridas. Algunas heridas se
cierran dejándonos sólo una cicatriz pero otras no. Algunas cicatrices las
llevamos a todas partes y aunque la herida cierre el dolor persiste.
¿Cueles son peores las nuevas heridas terriblemente dolorosas o las viejas que
debieron cerrarse hace años pero no lo hicieron? Quizás las viejas heridas nos
enseñan algo, nos recuerdan donde hemos estado y lo que hemos superado, nos
enseñan que debemos evitar en el futuro o eso creemos aunque en realidad no es
así, hay cosas que debemos aprender una y otra vez.
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