jueves, 14 de junio de 2012

Hay una mujer, ella es como un pájaro,
Se posa en el tejado,
canta por la noche, no deja dormir.
Y la mato cada mañana,
La sepulto bajo la almohada,
La cuelgo entre los cables de luz.
Pero vuelve,
me irrumpe la cabeza cuando anochece,
asesinándola, dejándola partir.
Y se va, no llega, quizás vuela muy alto, 
abandonando su nota en la madrugada.
y empiezo a extrañar sus cantares,
sus plumas libertinas,
su trino de sombras.
Tarareo,
buscando ese canto de ventanales que se fue con el viento. 
Esperando que responda, que vuelva, que se quede.
En días como este escucho un susurro, 
como si el pájaro llegara a habitárme por dentro.
y voy volando, 
canturreando como un ave que se cree mujer,
me crecen alas, ave de cables y almohadas, 
dejando mis techos noctámbulos, 
voy a cantar cada noche junto a tus paisajes, 
junto a tus ventanas.

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