No
es que duela,
Es
que no puedo encontrar en el vacío tus espacios,
Recordar
tus pupilas, mis olfatos, tus órganos, tus vicios.
Guardar
los trozos que dejas mientras vivo,
Regarlos
por el cuarto, ponerlos bajo la almohada,
quedarme con esas cosas que me brindas,
Unas pocas para que no vayas vacío, que no te
esfumes.
Me
quedaré con fragmentos de tu risa,
de
tu rostro, lo guardaré todo en una caja
Para
abrirla con el tiempo si lo necesito,
si es que pierdo tu cara ciertos días,
cuando andando
por la calle te evapores,
que tus ropas queden solas en la acera
o nos dejemos abandonados en una banca.
Entonces,
si se me agota tu recuerdo o
Las
ganas de observarte,
te
buscaré entre libros o revistas,
Entre paisajes,
acomodando
perfiles y narices,
sombras o cordilleras.
Formándote como una bibloteca,
Con
tus historias, tus rastros,
las marcas que vas dejando;
e
iré leyéndote tantas veces pueda,
Tantas
veces quiera, para que vuelvas.
Y
sabré que existes y que lo único seguro
Es
que sos mejor que todas tus imágenes,
Estas
imágenes que tengo de vos.
Remitirse a viejas fotos abandonadas debajo de un fotomatón, para armar y desarmar rostros llenos de imperfección.
ResponderEliminarAmo descaradamente esta maduración al escribir.
Remitirse a viejas fotos abandonadas debajo de un fotomatón, para armar y desarmar rostros llenos de imperfección.
ResponderEliminarAmo descaradamente esta madurez al escribir.