jueves, 26 de septiembre de 2013

¿Qué se dice de la lluvia?
La lluvia son las gotas,
una fuerza de las cosas pequeñas que desencadena diluvios…
una, dos, tres, mil… plaf plaf, plaf...

Un grupo de goteras se precipita a lo lejos como en una competencia, 
yo las veo llegar tan distintas pues hay de todo tipo:
Están las gotas pequeñitas donde juegan los niños y besan los amantes,
las gotas maratónicas que caen entre el cuello y la espalda y hacen caminar a zancadas o correr según otros casos;
pero uno siempre termina mojado, no hay escapatoria.

Algunas gotas parten de días grises pero son sólo un cuantas;
En estos días grises el hombre se encierra culpando a la lluvia pero no llueve más
El día es profundo, lleno de suspiros que alivianan el cuerpo;
Al fin el hombre decide salir pero el cielo se llena de nubes nuevamente, de rayos,estruendos y luces, el agua se precipita fuerte,
así que el hombre vuelve a entrar...
es un juego sin salida, un circulo vicioso y húmedo;
En días como estos el cielo no quiere ver al hombre.

Están también las gotas que llegan inadvertidas en un día soleado y caen y caen enojadas, sobrevuelan los tejados y terminan tumbándolo todo…
qué peligro ese nubarrón de gotas enojadas.

las gotas melancolicas son las mejores,
son de las que la gente más le da por hablar...

Yo creo que las gotas no son tan tristes,
son como espejitos que caen,
quien las mire se ve en ellas,
quien las mire ve su imagen ovalada, retorcida, cayendo hasta no verse más.
Quien encuentre sopor en la lluvia es causa de una melancolía tan interna que hasta la ve en las gotas...

Entonces una gota no es sólo una gota,
una gota es también un espejo profundo,
una acumulación que ya no se aguanta entonces se derrama y llora y llora…el espejito húmedo lo refleja todo…

La lluvia es ambivalente, subjetiva,
por ello no hay gotas tristes, es el hombre que las mira el que se acongoja;
ellas son tan felices como aquel que las mire,
y tan violentas y tan amargas,tan bullosas, 
tan propensas al silencio y la muerte…
El cielo se hincha y resulta en gotas,
las gotas son una extensión del cielo que juega con el hombre, que lo deja observarse, descubrirse.

Las gotas son sólo gotas,
o en su defecto espejos…
lejos están las gotas de entender la melancolía, el amor, el deseo...

lunes, 23 de septiembre de 2013

...Entonces hablaría de sueños y me mirarías con los ojos chinos por la risa, tus labios se apretarían sobre tus dientes y aparecería tu sonrisa chueca que tanto me gusta. Te diría de tiempos sin tiempos, de colores verdes, de cielos color musgo, de mujeres que hacen tortillas y ancianas que nos regalan collares. De caminatas sobre realidades grises, de comidas con sabores extraños. Me contarías de sueños que sólo tú entiendes y que a mi me intrigan. De mujeres medicina y serpientes. De inciensos y veladoras que arden al compás de tu respiración… y el desayuno sería delicioso con un sinfín de realidades alternas.

 Hablaríamos de sueños sin necesidad de dormir, soñándonos con los ojos abiertos.

domingo, 22 de septiembre de 2013

"Estiro los brazos a lo lejos, los abro grandes, grandes y te abrazo a lo lejos quedito. ¿Quisiera saber si lo sientes?… A veces me escapo y me cuelo en tu bolsillo del pantalón y no hago ruido, me acostumbre a amarte en silencio, en letras, en prosa. Tienes sueños en la piel que no son conmigo y yo aún así te sueño.”

viernes, 13 de septiembre de 2013

Estoy solo y me pregunto: ¿Existe una mitad de mí que me espera todavía? ¿Dónde está? ¿Qué hace mientras tanto? ¿Vendrá lastimada, la alegría? ¿Tendrá los ojos húmedos? respuesta y misterio de todas las cosas ¿Y si nos hemos cruzado y ya nos hemos perdido sin enterarnos siquiera? Cosa curiosa: no la conozco y sin embargo la extraño. Tengo nostalgia de un país que no existe todavía en el mapa.

martes, 10 de septiembre de 2013

Y entonces efectivamente soy un monstruo, un monstruo con cabello alborotado y sueños en la piel. Un monstruo con vestido de letras y maquillaje ligero. Soy un monstruo de esos terribles a los que les dejas la puerta abierta de tu piel y causa destrozos. Un monstruo libre y eterno, con los dedos empapados en tinta, un monstruo deseoso de utilizar tu cuerpo como lienzo, como hoja. Soy un monstruo que llora y no puede dormir, un monstruo que desperdicia insomnios imiaginándote y vuelve eterna las noches soñandote. Soy un monstruo con el amor de cobija y las nubes de suelo. Soy un monstruo que pide caricias y besos. Y entonces me miro fijamente en el espejo, me miro a través de pupilas que se dibujan en mis pupilas, trazando en hojas de papel pedazos de eternidad que robo en forma de poesía que viene de de otro lugar, de otro tiempo, encontrándome, llevándome hacía dónde conozco sin saber y dónde estoy sin saberlo.
— Irrealidad no. 8… Mercedes Reyes Arteaga

lunes, 9 de septiembre de 2013

Yo le pienso lo suficiente,
le imagino ahí sentado en su sillín de libertad andante,
de pedales viajeros por su impulso;
impulso de sus pasos que no tocan suelo.

Yo le veo volando entre el viento cariñoso,
Con los brazos de par en par, 
sin temor a que tenga que frenar en cuestión de segundos...
cuando el tiempo no le alcance,
entonces salga volando un poco más alto para luego caer al suelo 
y que le duelan los tobillos
y que ya no vuele… 
qué temor si ya no vuela…

Yo vuelo con usted entre sus ruedas,
yo le escucho cantar entre el tráfico.
Yo lo siento llegando y también vuelo,
pero a diferencia de usted en su viaje, yo voy perdiendo el equilibrio por los nervios de verle.