viernes, 24 de enero de 2014

Me transformo para caminar por tu ciudad,
por el barrio tan peligroso que son tus pies. 
Tengo miedo de escribir este poema, y que este poema no quiera llamarse Andrés, ni Raúl, ni Esperanza.Tengo miedo de escribir este poema y todos los poemas y que al final no haya valido la pena el viaje desde allá hasta aquí y desde aquí hasta mí. De que rechacen este poema deforme por falta de simetría entre las vocales y su rostro, tengo miedo porque todo lo nuevo aterra y me he dado cuenta que los poemas tienen vida propia, y que los poemas no se escriben sino que se sueñan o se alucinan, que no hace falta tener miedo por la simetría porque la vida no es exacta y este poema está vivo y deforme igual que yo, y que entre cada consonante palpitan cuatro corazones al mismo ritmo que el rockandroll, que la poesía no tiene ningún fin sino muchos comienzos, y que aquí comienzo yo, no donde acaba este poema sino en medio de él, como quien se cola en la fila del banco y es abucheado, pero aquí soy bien recibido después de tanto tiempo. He convertido mi poesía en mi propio sitio, porque todo mundo debería tener un lugar para existir aunque este esté hecho de esperanzas, palabras y aguardiente.
  ~ Diego Rivera.

jueves, 2 de enero de 2014


Rob Gonsalves.
Te quiero mientras miras las nubes.
Al mirarte veo tus muecas de cielo inundado de suspiros,
veo tu cometa hecho pupila y pestaña,
veo que vuelas como pájaro que apunta al sur por la lluvia que se viene.

Cuando miras al cielo te surge esa cara de viento,
a veces cierras los ojos y parecieses con el huracán más grande de los huracanes,
y pones gestos tristes y dolorosos,
pareces con siete lluvias pero me siento tranquila pues sé que tu lluvia lo limpia todo y caminas más puro…

yo te escribo como niña porque te siento niño cuando miras al cielo;
con mirarte olvido el sentido del abecedario y la cuenta de los días,
calculo mal las fechas pero no tiene importancia;
soy una niña que juega y es seguro; maravilloso.

Quizá tengas cara de cosmonauta o algo parecido,
pues veo en vos todo ese polvo espacial que algún día explotó y creó nuestros pulmones y los de la tierra.

Te miro allí sentado,
siento que dentro de ti hay un infinito encerrado entre tu hígado y clavícula…
amo el infinito y cómo veo que respira dentro de las telas de tu ropa,
uno quiere vivir el infinito y ondear sus luces y sus astros….

Te quiero mientras miras las nubes,
te quiero mientras las nubes te miran,
te quiero mientras señalas al cielo y le rio al cielo pues me haces reir.
te quiero porque me haces reirle al cielo.
Te quiero porque no es pequeño lo que siento cuando te miro como un cielo y sólo me queda perderme en tu grandeza de nubes.
Miro lo pequeño que eres y en ti habita toda una vida,
yo sólo la exploro y pongo telescopios con los que veo tu pasado.

No entiendo tu pasado pero me parece hermoso pues te has creado de eso
es como ver las estrellas pues allí, en el pasado, siguen siendo parte de mis cielos presentes...
yo veo el cielo y recuerdo tu cara cuando lo miro
veo las estrellas y siento que lo que se muere sigue sonriendo en alguna parte.

Aprendí a buscarme inútilmente entre lo matutino, 
cuando sólo para encontrarme debo mover los pies;
cantarme alto o no cantarme, 
vestirme con este suspiro que vivo,que soy, 
que parece real pero puede no serlo, 
que es cierto pues es mío.


Viví buscándome para sentirme entre las costillas, el pecho y mis veinte dedos;
y me miro con este cuerpo porque no tengo más que uno...
he empezado a pensar ya que este cuerpo es suficiente y cercano pues es lo único que cada instante me acaricia...

A veces este cuerpo se siente lamentable en los días taciturnos
y llora conmigo si es que se me da por llorar.