Al darle un mordisco a una galleta glaseada Harold por fin tenía la sensación de que todo iba a salir bien. En ocasiones, cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina y la constancia, en la desilusión y la tragedia, habría que dar gracias a Dios por las galletas glaseadas  Y, afortunadamente, incluso cuando no hay galletas aun no puede reconfortar una mano conocida acariciándonos. O un gesto amable y cariñoso. O un apoyo sutil para respirar la vida. O un abrazo tierno. O unas palabras de consuelo. Y no olvidemos las camillas de hospital, y los tapones para la nariz, y la repostería que sobra, y los secretos susurrados, y las Fender Stratocaster, y, tal vez, alguna que otra novela. Y hay que tener en cuenta que todas estas cosas, los matices, las anomalías, las sutilezas que creemos que no son más que complementos en nuestras vidas de hecho están presentes por una causa mucho mayor y más noble. Están para salvarnos la vida. Sé que la idea resulta extraña, pero tambien sé que es la pura verdad. 

Quedáte así, si así, como hecho de eso que crean los mitos y las leyendas. 

Y vos, que con tus rastros hacés de la barriga un infinito. 

"Cuando el primer niño rió por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos que saltaron por los aires en todas direcciones, y así fue como aparecieron las hadas. Por eso debería haber un hada para cada niño y cada niña. Aunque hoy en día los niños saben tantas cosas que dejan de creer muy pronto en las hadas".

-Creo que si hay algo de hechicera en ti. 
-Por qué dices eso? 
-Porque me has hechizado. 

Yo no soy más que esas que no 

hacen gestos en el trasporte público,

O se tienden bajo arboles como esperando magia.

soy de las que cierran los ojos y colapsan

Y que danzan y danzan, pero mentalmente, como por ahorrar pasos perdidos. 

Y se quedan como inmóviles, como olvidadas,

 creyendo que el mundo se les derretirá  atrás si es que voltean .

El ecosistema de tu rostro.

Envolvéme en esos amores gratinados 

Con sabor a vida, con aroma a lluvia. 

Sujétame con cubiertos o ponéme a remojar.

Envolvéme la amargura en caramelo, 

el dolor en dulce, en panela, 

en la mirada edulcorada de los días

 En que los pasos son como esquinas,

olorosas, vacías, oscuras.

Comamos de a poco  esos ratos asustadizos,

 Poco valientes,

que se corren de a poquitos entre bancos y llegan hasta tu sombra.

Mezclémoslos en salsa o azúcar o en un poco de limón

y pronunciemos el instante con las bocas bien llenas y las panzas pesadas,

Sin montar los codos en la mesa, sin encorvar la espalda.

"Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo."

Arden las palabras, como si fueran heridas
pican las voces , como llenitas de sol; 
y queman, se incendian, se privan, se ocultan;
ya no se miran mas;
y se pierden en días brillantes, se ausentan,  
se quedan atras, 
y ya no hacen falta, se abandonan, se extravían,
y alumbra la panza, la boca, la vida
como gritando entre murmullos;
tomándose la cama, la espalda, las suelas,
anunciando que se ha marchado el dolor. 

Verá, mi pequeña Amelie, usted no tiene los huesos de cristal, podrá soportar los golpes de la vida, si usted deja pasar esta oportunidad con el tiempo su corazón se ira haciendo seco y frágil como mi esqueleto. ¿A que espera? ande, vaya por él. 

"La mayoría de los días del año son comunes,

comienzan y terminan 

sin permanecer en la memoria del tiempo. 

La mayoría de los días no afectan el curso de tu vida.

Si Tom aprendió algo 

es que no se puede asignar un significado

 cósmico a un simple evento. 

coincidencia, es lo que es 

nada mas que una coincidencia.

Tom finalmente aprendió que no existen los milagros; 

No existe tan cosa llamada destino, 

Nada esta destinado a ser,

El lo sabia, estaba seguro de eso ahora."

 y la luz sale; y se va y se va.

 Crece como las plantas.

Crezco como los arboles.

"Imagina que una noche no puedes dormir y saltas tan alto que te elevas sobre una colcha de campos y bosques."

A mí me gustan los otros; Los  diferentes. 

Capaz .

"se voló de mi mano 

pero yo ya sabia 

que la paz es viajera... 

como las golondrinas"

facundo cabral  

"Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso."

 En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.

- ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.

Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el Rey recogió asombrado.

Aveces, muy de vez en cuando, me da miedo explotar; y no alcanzar ha  narrar esas letras pequeñas que me inundan el cuerpo. 

Déjame  buscarte entre esos muros

coloridos, rayados, groseros;

En  medio de Azoteas,

ventanas, rostros, sonidos.

De mirarte entre estrofas,

O  susurrarte en la angustia

de esas mañanas malditas.

Déjame  limpiarme las heridas con tu nombre

De  pronunciarlo en las noches

si es que hay miedos,

Y rezarle al agua,

que te lleve con ella,

De transformarte en luz cuando la oscuridad me engulle  

Luz que acapara los cuerpos,

Ese resplandor que se ausenta sin aviso.

Cantare un poco quizás,

Cantos mudos, silenciosos, prudentes

Cantare para aliviar

esos vacios que ahora existen;

En la cama, en la silla, en el alma.

Que he tomado el sol con la manos.

Luna lunera. 

" En invierno, por ejemplo, es cuando la gente más suspira. Se suspira tanto que las nubes no caben en el cielo y entonces se derraman en forma de lluvia hasta que por fin los hombres 

dejan de suspirar."

Yo, me quiero reflejar en esos que sonríen
en esos que andan y tropiezan 
y se levantan y se limpian.
en esos que se besan en publico
o  lloran sin taparse la cara. 
que se mueren y reviven,
que comienzan y terminan,
que riman y corren y corren y no paran mas,
que llenan la noche con golpes en  ventanas
que salen del cuarto a oscuras sin saltar de la cama.
Yo me quiero reflejar en esos que no importan
y que van por el mundo siendo anónimos,
de esos anónimos que ni el espejo los refracta,
que viven tanto que se les agota la sombra. 

Cuando cuentas,cantas.

Como esas nubes que se quedan; ajenas, abundantes.