lunes, 29 de abril de 2013

domingo, 28 de abril de 2013

Soy el mismo amor que le escribe a todos los hombres,
un amor egoísta que sé que tienen todos, que nadie admite,
que se oculta con frases, caballerosidad y tarjetas.
Soy el amor que me sonríe bajo la ventana, en la almohada,
que guardo para mi misma en una cajita de sueños
de madera que las gotas pueden humedecer y se echa a perder...
entonces la guardo dentro del pecho, mi amor como cajita que comparto casi siempre,
 menos cuando me quedo bajo la almohada,
y me saco la caja del pecho, la pongo a un lado
como pensando otras tantas cosas que no tiene cuatro letras como a m o r,
y pienso en palabras más largas,
me pongo complicada,
lloro un ratico con las vocales de las lagrimas,
esa onomatopeya que viene con el llanto, de sollozos y voces...
 luego salgo de la almohada, de esa llovizna interna y pongo nuevamente en el pecho mi cajita;
le pongo papeles, le pongo nombres,
 la pinto para que no se dañe, para dajarla aquí bien dentro sin que se derrame por los lados.
Soy el mismo amor que le escribe a todos los hombres, que les dice:
-Hey, hoy estás como lindo.-
 y los besa en la frente, y les da cositas pequeñas,
 piedritas de avenida, raticos que prados, de pan y velas;
 el amor que tan distinto ha quedado en todo,
 y yo grabada allí, tan diferente quizá,
quedando siempre ahí, en mí, en otro.
A veces se me da por la tristeza,
la siento ajena y extraña,
y me acecha por dentro.
Uno siente que los ojos le pesan,
las esquinas del cuerpo se llenan de la nostalgia,
de todo el sentimiento ingrato a la felicidad,
un color oscuro...
todos los recuerdos que rompen, que vacían.

A veces hay que poner los ojos bajos,
 la boca tersa, las manos quietas,
 el corazón agudo,
 hay que encerrar las lagrimas que van tomándose de a pocos los rincones,
 el liquido del sollozo incoloro que tumba los muros de la fuerza y nos lleva a llorar.


jueves, 25 de abril de 2013


"Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás del otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el mármol y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós."

martes, 23 de abril de 2013

"Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo  ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contradicción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.Llegando al llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos."

domingo, 21 de abril de 2013




En el bus he pensado en vos, esta vez tengo al lado una mujer con rostro cansado que al igual que yo ha pasado parte de una ciudad llena de historias; la mujer se levanta y se sienta en otra silla, en esa silla que apunta al corredor, de donde se caen tanto, se balancean sin culpas cuando al conductor le da por frenar bruscamente y tantos salen levemente lastimados.
Tengo los zapatos llenos de lodo, un saco por falta de calor corporal y aunque hace sol el día se le ha dado por soplar periódicamente, provocando nubes, vientos, suspiros.
El bus avanza y llega a una esquina golpeada por el sol, cierro los ojos cuando paso bajo él, cómo esperando sentir su inmensidad de astro, su alivio.
Abro los ojos y estoy sola en el asiento, el bus va lleno, miro a la gente como transita en silencio bajo sus cavilaciones, como cruza su íntima cuidad de recuerdos, como los traen para si mismos hasta el punto de cambiarles la expresión.
Viajo, así como viajan ellos, como quizás lo haces vos en otra carretera,en otra parte del mundo, en otro sueño, en otra almohada,con tus palabritas y esa mirada que vale más que un tesoro perdido, lo inexplorado que se vuelve similitud a tu pupila...
Vales también tu error de humano, tu belleza incógnita y tu razón.
Sé que miras de lejos al mundo, le pones tus ideas, te hundes en el rostro ajeno, creas un viaje hecho de hombres, les nombras, les resumes...
Al fin me levanto, tomo lo que creo mío y muevo los pies... soy la maquina natural que en el bus se le antoja pensar cómo todo se va colando por tu ventana, cómo todo va quedando en vos y lo confirmas, todo que también es nada, pues a veces ni se tiene certeza de si mismos.

lunes, 8 de abril de 2013



“Te sobrevivo más de lo que hubiera imaginado.
Te escucho reír mientras te sobrevivo.”

"Y tomo las hojas de un libro y veo que están escritas de ambos lados.
Y tomo las manos del tiempo y me doy cuenta que hay que leer ambos lados de las hojas de este libro.
Que la otra ínfima parte de esta historia continua del otro lado de la página.
Que el camino tiene letras en ambos sentidos. Que hay consonantes y hay vocales. Hay puntos y comas, comas y preguntas. Preguntas y otros puntos."

jueves, 4 de abril de 2013


Fui a mirarte como a los cuadros de las viejas galerías y en el camino tomé rumbos inciertos, apague lamparas, cepille tantos cabellos que quedaron como otras cosas apilados en algún lugar de la cuidad; cosas que tomé con los dedos, que nombre como mías, que se deterioraron como esas viejas calles que pisaba para ir a descubrirte, verte a los ojos, tu galería ocular llena de tantas líneas, oscura para contemplarla de cerca y quedarse observando por horas tratando de entender.
No lo entendí.Quizá había leído en mi vida otros manuales artísticos que no plasmaron en ellos trazos tan abstractos, entonces quise comprender pero permanecí en silencio, taciturna, mezclando mi olvido con tu historia.

Aún sigo caminando por tus cuartos, eres un museo andante, vacilante, lleno de estantes empolvados, algunos marcados con líneas y textos como "no tocar", otros bajo llave que con tus razones les pusiste.
Te visito, paso por vos, miro tu vida detrás de los vidrios que he tocado con mis huellas, dejando mi historia allí, en tu viaje, un viaje que también hice para llegar a ti como llegan las cosas que fluyen.
y soy, de esas fulanas que se quedan mirando un buen rato los marcos, los óleos, los ojos nostálgicos, angustiados, expectantes.  
Viví a ratos el  cuerpo que has inventando a causa del aburrimiento, las penas, el amor a ti mismo y a lo demás;  tu obra de arte donde quedo dibujada también.  
Te recuerdo mientras caminamos, mientras nos miramos como un cuadro antiguo, del que no se entiende nada pero no se puede dejar de mirar.
Somos el museo del que entra y sale tanta gente, tanta letra, verbo, lagrima y acción... no somos ni nos pertenecemos, somos visitantes sustitutos que deambulan ,caminando solos por los estantes de la vida que hemos creado, observando con telescopios lo demás, los telescopios que nos mantienen alejados pues no irrumpimos en alguien totalmente.
He creado en mi memoria un cuarto para vos, de mí en vos, sin telescopios, cercano, intimidad llena de objetos raros, de los que no se venden, que se quedan por ahí y a ratos se olvidan.
Me quedo con tu arte, vos te quedas con aquello que también tomaste: mi color, mis trazos imperfectos...lo pones todo en estantes con mi nombre,mi nombre que es anónimo frente al desconocido que decidió así como yo pasar por ti y ojear a lo lejos lo poco que dejas ver. 
Te visité el día que vi tus sombras;
buen día en el que vi tu obra y me aloje por ahí.
Me paro aquí... no lo entiendo todavía...

Puedo seguir estacionada  mirando de par en par, como nos llenamos, solos, sintiéndonos vacíos, tan viejos.