A
veces te quiero y es suficiente.
Con
esta firmeza oceánica,
tierra
nula, derretida,
que va y viene
Como esas cosas vacilantes que no llegaran.
Y vas llenándome de tus remolinos,
De tus espirales ocultas
De tus espirales ocultas
y son tus mareas las amantes de mis balsas, de mis ríos,
de mis ideas liquidas que ciertas veces
son tempestades y aniquilan todo sin dudarlo.
de mis ideas liquidas que ciertas veces
son tempestades y aniquilan todo sin dudarlo.
Quizás
seremos arena navegante,
o peces peregrinos que se olvidan entre sí,
Que
se buscan, que se encuentran,
Que
ríen, nadan y nadan
y
no quieren parar.
Y nos vamos mirándo sin dolor,
sin esta angustia pesada de saber
sin esta angustia pesada de saber
que en este mar hay más como nosotros.
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