domingo, 25 de noviembre de 2012


"Ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera."

jueves, 22 de noviembre de 2012

Y diré todas las palabras que se dicen cuando se busca en el otro respuestas que no se encuentran… 
Te sentiré de lejos ciertas veces, cuando se escuche con el viento venir tus pasos, tus olores que ya no sé como recordar. 
Le contaré a la cuidad tu historia, le trazaré a la vía tus descuidos, te dejaré derramado,dividido; quizás así podrás marcharte.
Podrás dejarme con los ojos vendados, con la luz encendida para no temer y caminar despacio acostumbrándome al sonido, al sonido sin sonido, al silencio, a la soledad.
Buscaré tus marcas en las vendas, en mis pupilas, en un recuerdo, en tu cara desfigurada y borrosa, lo guardaré todo en una caja,  bajo las costillas y el pecho. 
Te diré que te quiero y voltearas los ojos, yo volteare el sentimiento y te dejaré partir, vos con tu vida, yo con mis ratos que te buscan en el semáforo, en tu reencarnación en vida, en las marcas que dejas en lo que veo.
Tengo la convicción de que no existes y sin embargo te siento cada noche, te invento en el espejo, con mi vanidad, mi desolación del infinito rio de el asombro que te escucha pasar y pese a todo, segura, convencida de que no vienes, de que no existes, de que tus pasos no son pasos sino ecos, te guardare en mi suelo para luego y te diré todas las palabras que se dicen cuando se buscan en el otro las respuestas. 

lunes, 19 de noviembre de 2012



Mis muertos son penas olvidadas de amor y amargura, caricias marcadas, un altar que da vuelta a la ciudad si es que camino, lleno de velas, suplicas, canciones que he tirado al viento y no regresan; lo que se funde en el cuarto, voltea los ojos, apaga las luces, se derrama de a poco, un poquito, escala la cama y se hecha a dormir.
Mis muertos son dos tipos que deje danzando solos mientras perdía las guerras, mis guerras malogradas de las que salí gateando, que ahora reconozco a los lejos y lloran ciertas veces por verme pasar.
Mis muertos son mis huellas, un pasado que encuentro bajo suelas,  fundas, bajo la almohada que me oculta de la luz y me deja quedarme en la cama, pensarte de a poco, callada, insensata,ilusamente perdida entre la sabana y los besos que te quiero dar.
Mis muertos los he dejado, los he perdido, les he cavado su propio foso, les he creado siete casas de sueños, así se quedan bien quietos, dormidos, en silencio o jugando sin alborotar las causas presentes. 
Mis muertos son ahora todas las caras que llevo conmigo, la soledad de las puertas, la gravedad del asunto, la ausencia ocular en el espejo; son la piel que mudo, que habito, que deje tendida al sol.  
Muero cada día para verme pasar, sobrellevando las cargas que también llevan todos; como tus cargas que son mil muertos que no se dejan ver mientras no hables de tus ayeres, de tu poca o mucha voluntad, de tu cobardía, tus recuerdos. 
La muerte es la nostalgia en que se cae cada día, a lo que se le escribe cartas, se guarda en albumes, porta retratos, se deja pasar a la sala, que se quede unas horas, días según el caso. Llega a pasar la vida, la vida llena de muertos, de perdidas, de batallas olvidadas o simples recuerdos, recuerdos de años, recuerdos que nos hacen ser,dormir, perdernos en la calle con los ojos borrosos. 
Soy la vida que sigo buscando, un cuerpo más reclamando suspiros que vienen llegando si es que miro hacia atrás, hacia adelante, hacia el cielo nublado que no quiere llover.  
Es la base de la vida comenzar a habitar pasos, creando historias  y fallas que se quedan bien adentro, entre la lengua,los labios, los flujos de sangre, la humedad de órganos y lagrimas.
La muerte es la esperanza que llevamos a costas, olvidar esa parte de historia en la que todos figuramos y solo unos cuantos se atreven a contar, el relato que se escabulle en la cotidianidad de miradas que abundan de vida, que se levantan sin sentido y el suelo les traza el secreto de saber que quizás si se camina se llegue a alguna parte. 

viernes, 16 de noviembre de 2012



Hey chico vení dame un beso, pero no te prometo nada ¿eh? 
Al principio da miedo, lo sé y quizás con el tiempo te robe los minutos, vos mis espacios y así sucesivamente hasta que nos vayamos creyendo todo esto.
Con los días seré de las que se jactan con tus risas, se mezclan en tus ropas, se quedan entre lo borroso de las horas matutinas.
Seré la tierna niña de vestido floreado que te sonríe seriamente, 
las canciones alegres que son libres los sábados en la noche, quedando entre pistas y oídos ajenos.
Nos iremos creyendo esos cuentos del amor, inventando historias con calles vacías que marcan las huellas, el resumen entre mis pasos, tus puertas, tus emociones, tu sentir de domingo por la tarde, los lunes donde no vienes y el vacío va corriendo los zapatos.
Hey chico, mírame tan quieta, rastrando a lo lejos tus arrugas, queriendo dejarte mis colores, mis olores, mis momentos de tristeza, alegría, soledad; desperdicios de las veces que se llora y no se recogen las lágrimas. Quedate cerquita. Más cerquita… Eres la persona para mis ojos. 
… Como siempre, 
cuando me alejo de ti,
 me llevo en las entrañas
 tu mundo y tu vida, 
y de eso es de lo que no puedo recuperarme.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Yo,
que no tengo registro, sentada al lado tuyo
pensaba que quizás el amor sea esto:
atravesar la noche en el auto de otro,
sin otra compañía y sin saber manejar.
Tengo miedo de no encontrarte, de confundirte, de entregar mis mejores versos a alguien que no eres tú. Tengo miedo de que llegue a tus manos rota, sin ilusiones, sin poesías. Espero con ansias que sucedas pronto, que nos encontremos un día de estos, que me arrebates la espera y me des motivos para soñar, reír y escribir.