viernes, 8 de junio de 2012

Cada quien es un mundo, o eso dicen. 
Un folclor de matices, abundante de amores, de emociones que como ríos caudalosos van y vienen sin detenerse.
Y ese suelo interno es la firmeza, esa esencia eterna que siempre se tendrá, que no se ausenta ni después de una tormenta,
un terremoto mental o una estampida de gente sin rumbos.


O quizás más que mundo somos viajeros, que sorprendidos van por ese espacio del otro, quitandole sus tiempos, sus penas;
tomando sus espacios, conquistándole a nuestro antojo, 
ocupando sus tierras,consechandolas con los ratos, 
dejándolas cuando no quieren florecer.
Con los días seremos un campo habitado por cientos de mundos,
un universo plantado con deseos fugaces o soledad, 
que brota como árboles por dentro,que se riegan, 
se expanden a medida que vivimos.
Somos ciertas tierras inexploradas,casi vacías; 
unas construidas con paciencia y sentimiento,
otras que van muertas por orgullo o abandono.

No hay comentarios:

Publicar un comentario