Cada quien es un mundo, o eso dicen.
Un folclor de matices, abundante de amores, de emociones que como ríos caudalosos van y vienen sin detenerse.
Y ese suelo interno es la firmeza, esa esencia eterna que siempre se tendrá, que no se ausenta ni después de una tormenta,
un terremoto mental o una estampida de gente sin rumbos.
O quizás más que mundo somos viajeros, que sorprendidos van por ese espacio del otro, quitandole sus tiempos, sus penas;
tomando sus espacios, conquistándole a nuestro antojo,
ocupando sus tierras,consechandolas con los ratos,
dejándolas cuando no quieren florecer.
Con los días seremos un campo habitado por cientos de mundos,
un universo plantado con deseos fugaces o soledad,
que brota como árboles por dentro,que se riegan,
se expanden a medida que vivimos.
Somos ciertas tierras inexploradas,casi vacías;
unas construidas con paciencia y sentimiento,
otras que van muertas por orgullo o abandono.
Un folclor de matices, abundante de amores, de emociones que como ríos caudalosos van y vienen sin detenerse.
Y ese suelo interno es la firmeza, esa esencia eterna que siempre se tendrá, que no se ausenta ni después de una tormenta,
un terremoto mental o una estampida de gente sin rumbos.
O quizás más que mundo somos viajeros, que sorprendidos van por ese espacio del otro, quitandole sus tiempos, sus penas;
tomando sus espacios, conquistándole a nuestro antojo,
ocupando sus tierras,consechandolas con los ratos,
dejándolas cuando no quieren florecer.
Con los días seremos un campo habitado por cientos de mundos,
un universo plantado con deseos fugaces o soledad,
que brota como árboles por dentro,que se riegan,
se expanden a medida que vivimos.
Somos ciertas tierras inexploradas,casi vacías;
unas construidas con paciencia y sentimiento,
otras que van muertas por orgullo o abandono.
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