lunes, 28 de mayo de 2012

Yo quiero dedicar lo que no sé, lo extraño, lo que temo,
Confirmar que no soy tantas palabras,
Hablar de ser mil versos cuando soy solo mujer;
escucharme, olvidarme.
Sentir todo esto, vivirlo con doce ojos,
siete sueños, doscientas metas,
que hablan poco, andan mucho,
buscando un norte verbal que aun no encuentro.
Y voy desesperando en esa búsqueda de no saber,
metiéndome bajo tu almohada,
cambiándote el color,
algo de amores prismáticos y vida,
algo nocturno, 
eso primaveral con poco sol.
Este agujero negro en el pecho,
Este árbol plantado bajo las suelas 
que se hace papel, muere,
Revive en letra, verso eterno reducido a renglones,
que va intentando escribirse, escribirme,
permanecer con ciertas vocales
qué no sé como ordenar.
Dejaré más bien esa labor a los días,
que se quedan en cada cosa que pasa,
que van pesando,narrando, 
naciendo otra vez.
como esas letras se que seré
mientras escriban mis dedos.
pues escribir es ir quedándose plasmado en la vida,
e ir dejando entre esas lineas,
el tiempo,
la imortalidad.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario