Somos el rastro de
una ciudad entera,
Un revoltijo de
huellas marcadas en un suelo de nadie,
Tan pisoteado, tan
sucio.
Por allí pasa toda
experiencia,
Toda vida marchita o
encendida,
Pasa el llanto, la
pereza, el amor, la lágrima,
El susto del robo,
el apuro, el desespero, el afán.
Pasan esos seres cansados
del tiempo,
Campo de sueños, cama de nadie, de todos,
de lo los que caen, duermen
y parece que no despiertan nunca; calle.
de lo los que caen, duermen
y parece que no despiertan nunca; calle.
Y en esa calle van
andando,
Esos seres
indispuestos de tanto pensar,
Unos que van amorosos, otros heridos por desamor.
Y esta calle que
amontona, expele
Nos vota diariamente,
nos descarta como
Productos sentimentales,
laborales, culturales,
Porque en estos
días el hombre solo lo define eso
el otro, el
trabajo, la sociedad.
Hombre que creyó
todo esto,
olvidando lo que en otro tiempo fue,
Ser de tierra, árbol,
ser de agua;
fuego que se ha extraviado
fuego que se ha extraviado
y al encontrarse se hizo calle, sociedad;
Que tira con fuerza
hacia una masa mal oliente
Acumulándonos como
pila de desechos.
Co-so-ta textual.
ResponderEliminarPutamente lindo. De esas letras que expresan hermosamente los pensamientos, y para acabar de ajustar te dejan en un clímax... a la expectativa.
¡Me-ro! déjame decirte.