jueves, 10 de mayo de 2012


Somos el rastro de una ciudad entera,
Un revoltijo de huellas marcadas en un suelo de nadie,
Tan pisoteado, tan sucio.
Por allí pasa toda experiencia,
Toda vida marchita o encendida,
Pasa el llanto, la pereza, el amor, la lágrima,
El susto del robo, el apuro, el desespero, el afán.
Pasan esos seres cansados del tiempo,
Campo de sueños, cama de nadie, de todos,
de lo los que caen, duermen 
y parece que no despiertan nunca; calle.
Y en esa calle van andando,
Esos seres indispuestos de tanto pensar,
Unos que van amorosos, otros heridos por desamor.
Y esta calle que amontona, expele
Nos vota diariamente, nos descarta como
Productos sentimentales, laborales, culturales,
Porque en estos días el hombre solo lo define eso
el otro, el trabajo, la sociedad.
Hombre que creyó todo esto,
olvidando lo que en otro tiempo fue,
Ser de tierra, árbol, ser de agua;
fuego que se ha extraviado
y al encontrarse se hizo calle, sociedad;
Que tira con fuerza hacia una masa mal oliente
Acumulándonos como pila de desechos.

1 comentario:

  1. Co-so-ta textual.
    Putamente lindo. De esas letras que expresan hermosamente los pensamientos, y para acabar de ajustar te dejan en un clímax... a la expectativa.
    ¡Me-ro! déjame decirte.

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