miércoles, 30 de mayo de 2012

 pero seguí montada en ese auto, en esa mirada, en esas ganas de reír y seguir andando, en entrar en tus tierritas, en tus ramitas, en esas cosas bonitas que decías.
 Te hable, te sentí y no fue lo de siempre, eso de hola.
 sos lindo.
 me gustas.
 ya no tanto.
 mejor hablamos luego.
 adiós.
Te bese, te bese en la cama, encima de la almohada, sobre los versos y tu excusa de saber que sentía. O tal vez me equivoco y fue en el parque y llovía, llovía mucho y no sabia que pensar; Entonces llegaste con tus ojitos estrellados, rebeldes, malos, diciendo – ¡hey! chica, me encantas- 
y derramaste tus labios en los míos, la mente se me puso plana, y no pensé,no supe que decir, no hizo falta más.

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