Puedes
irte,
No
es que no vaya a dejarte en otro tiempo
o que en un rato no comience a extrañarte;
o que en un rato no comience a extrañarte;
Podré acostumbrarme a no pensar en ti cuando anochezca
o
recordarte cuando despierte cada mañana, con un pan tostado
y ese café abundante de crema con sabor a soledad.
Quizás
se me desborde esta ausencia por los ojos,
Estas
lagrimas con ganas de verte.
Cuando
me vaya, te vayas,
Quedara
este espacio entre nosotros, tan vacío, tan blanco,
Y
darás pasos distintos, en otros labios, en otras manos...
Pensándolo
bien, mis manos como yo ya te extrañan mucho.
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