viernes, 6 de julio de 2012


Hay ciertos amores, de media hora, media tarde o medio día, donde no hace falta mucho, quizás un beso, doscientas palabras, un te veo luego. 
Quizás este amor no dure tanto, y con el tiempo y las arrugas se vaya por las tuberías. 
Mientras tanto, haremos de estos besos universos, que se formen de tus líneas y las mías, de los trazos de tus labios con mis dientes y la piel, y las pupilas. Y si después cierro los ojos, te tendré rondando entre cavilaciones secretas y esta almohada donde te quedas mientras duermo; y si despierto, saltaras de mesa en mesa hasta subirme por los cabellos, reducirme la barriga y quedarte habitando en esta cabeza que agotada vive y te imagina al mismo tiempo.
Quizás con los días aprenderé a ahorrar miedos, ciertas penas, a olvidar esas voces que dirán quererte siempre, cuando el amor es inoportuno y la vida incierta.

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