lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Qué hay que encontrar en esa búsqueda del yo?

¿Qué es lo que tanto mortifica y acompleja?


De mortificarme debo notar mi vanalidad, mi pena y mi ventaja,

mi soledad que con el tiempo ya no es soledad sino una compañía diferente pues llevo entre el pecho y la espalda cientos de mujeres...

Entre todas nos hacemos compañía;

entonces ya no me mortifico gracias a ellas.

Entre las cientos de mujeres está la mujer milagrosa que le ve magia a todo y busca complacerse entre viajes de autobús y gotas de lluvia que salpican las aceras a las cuatro de la tarde.

Está quien se burla, la racional, la que hiere y la insegura,
la que jala; 
otra se va segura y no voltea.
Está la llorona, la enamoradiza, la fuerte, la viva.
La que busca pero no quiere encontrar.
la niña maravillosa llena de preguntas que se sienta fijamente en la ventana a ver los pájarracos y la niebla.

Está la jardinera que habla a las flores, les canta, 
les canta música y crecimiento,
les canta verde, violeta, luces y gris.

Una se mira y es hermosa,
y a veces confunde la belleza y se vuelve fea.
Otra se derrama y se aturde, vive desorientada entre sueños y realidades,
ve el agua en el aire y tierra en el fuego y danza con los ojos cerrados, aparte, superpuestos entre dimensiones que a penas comprende.
Una de las tantas cruza los semáforos en verde
mira los fuegos artificiales y le gustan las luces del tráfico
que a causa de la miopía se ven como motas luminosas que van de un lugar a otro...


Varias de ellas le temen a la oscuridad,
como si las criaturas de la noche las vieran ahí descalzas y frágiles,
entonces la oscuridad se expande y lloran todas juntas a causa del miedo...Tanto miedo que cada una se ve solitaria, vacía, sin saber que hay otra igual a ella que teme y le puede tomar de las manos…


Unas tantas apagan las luces para besar,
ya la oscuridad es la vida
para sentir al otro todo hecho de tacto, olfato,oído,
y jugar al cuerpo que se pierde y se encuentra por medio de caricias oscuras y sombrías por la falta de luz, 
siendo al tiempo luminosas y vivas por el ritmo cardíaco y los sueños...


Todas viven y se despiertan a causa del sol y el despertador.
Todas aman al mismo hombre pero no todas lo besan,
no todas le escriben,
no todas lo consuelan en las noches sobre la cama,
no todas lo miran y le abrazan,
Algunas le cierran las puertas en la cara por diversión,
otras abren las puertas del alma y lloran por miedo al daño.


Las de las puertas abiertas son las mejores,
son como pájaritos asustados pero libres.

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