viernes, 8 de marzo de 2013

“Yo lo quiero, aunque fuese tan corto como dos eternidades y tan largo como dos segundos. Lo quiero como quien esconde sus sentimientos debajo de la almohada y por las noches los desarruga y se los pone de pijama. Lo quiero como quien mira las estrellas tratando de contarlas o como quien osa mirar el sol a las 12 del día, pretendiendo que no le quemará los ojos. Lo quiero porque es inevitable no hacerlo, con su mirada perdida y la libertad de sus piernas. Lo quiero como quien entrecierra los ojos y lo mira todo. Lo quiero porque el corazón me lo dice, porque mis lagrimas lo llaman. Yo lo quiero y él no lo sabe. Lo nombro y no escucha mi voz. Lo que daría por acunar sus sueños y hacerlo dormir. Lo quiero.”

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