sábado, 16 de marzo de 2013


Puedo ir a tu casa y sentirme en mi casa, no por creerla propia, algo personal donde puedo extender los pies a mi antojo… es mi casa porque vos estás allí.
Podemos estar en el otro lado del mundo, en una calle estrecha, en la inmensidad de un asfalto que va robándole pedazos a las praderas y en vos sigo habitado un hogar con pinturas y muebles a los que quiero observar todo el tiempo, besar de a poquitos.
Eres mi hogar libre, que camina en la ciudad y lo marca todo de si mismo; Pasas en todo lo que me lleva a tu recuerdo; me dejas encontrarte en la esquina, en un semáforo, en la mirada anonima que brilla así como la tuya.
Entonces tu recuerdo es mi casa, como lo es todo esto que habita en mi para ti, para nosotros.

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