domingo, 28 de abril de 2013

Soy el mismo amor que le escribe a todos los hombres,
un amor egoísta que sé que tienen todos, que nadie admite,
que se oculta con frases, caballerosidad y tarjetas.
Soy el amor que me sonríe bajo la ventana, en la almohada,
que guardo para mi misma en una cajita de sueños
de madera que las gotas pueden humedecer y se echa a perder...
entonces la guardo dentro del pecho, mi amor como cajita que comparto casi siempre,
 menos cuando me quedo bajo la almohada,
y me saco la caja del pecho, la pongo a un lado
como pensando otras tantas cosas que no tiene cuatro letras como a m o r,
y pienso en palabras más largas,
me pongo complicada,
lloro un ratico con las vocales de las lagrimas,
esa onomatopeya que viene con el llanto, de sollozos y voces...
 luego salgo de la almohada, de esa llovizna interna y pongo nuevamente en el pecho mi cajita;
le pongo papeles, le pongo nombres,
 la pinto para que no se dañe, para dajarla aquí bien dentro sin que se derrame por los lados.
Soy el mismo amor que le escribe a todos los hombres, que les dice:
-Hey, hoy estás como lindo.-
 y los besa en la frente, y les da cositas pequeñas,
 piedritas de avenida, raticos que prados, de pan y velas;
 el amor que tan distinto ha quedado en todo,
 y yo grabada allí, tan diferente quizá,
quedando siempre ahí, en mí, en otro.

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