lunes, 18 de febrero de 2013

A la tarde melancólica le faltan los colores,
todo parece reservado,
escalo mis razones mientras 
todo va quedando bajo una enorme cortina de humedad,
Uno se queda sin que decir,
se oculta tras las sabanas.
La tarde es un silencio de hueco oscuro, 
tenebroso,
donde no se conocen los rostros, 
los toco, 
los rostros se derraman,
Me derramo,
se derrama el corazón y me quedo estática,
me guardo en los baúles de la pena donde sigo escalando.
Salgo, lloro doce lagos eternos de un tráfico intenso, 
de todos esos años de la consciencia insegura, 
de tu realidad que no es tan real,
de tu perspectiva contra la mía.
Vos que me tomas el corazón ensangrentado, 
pones las penas a un lado y el sin sabor. 
Venís con tus viajes a medias horas, 
con tu infinidad de sentidos...


vos me pones las penas a un lado, vos me pones el sol entre los parpados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario