miércoles, 11 de abril de 2012


Empieza a llover
Y las gotas de lluvia mojan el reloj de la plaza,
Que marca las seis;
 y llueve por no ser ni cinco ni siete,
Por no ser temprano, ni tarde, ni noche.
Llueve y cae sobre la mano, sobre la boca,
que en un beso basta para no escamparse
Y besar un poquito más.
El suelo esta nostálgico,
lleno de suspiros que suben, que explotan.
Y vuelve a llover, cae sobre la calle, el techo;
Estamos bajo ese techo 
que vive con tres goteras
Cuenta hasta tres
¡Tres! 
Cae el chaparrón al balde como un trote de mil pasos.
Y me llena de a poquitos, me empaño,
y no te veo, no me veo ,
luego nos veo como cíclopes
que se extravían, y  no se ven más.
Duele, esta ceguera de un solo ojo
de 38 pestañas, muy pocas ,sí, 
porque las ha barrido este llanto amargo que quiere verte, 
que no te encuentra.    
Y entiendo que la lluvia 
da respuestas cuando se muere de amor;
De caer, subir y así todo el tiempo
aprendiendo la fuerza de la nube 
que en su viaje se oscurece
Como si no le bastara con ir de aquí a allá,
que no sufre de penas, 
Vigilante; 
siendo motivo de que el cielo se derrame, 
se suicide,empiece a llorar,
que los pies corran,
que la gente se acurruque,
se habrá el paraguas
y se sea canto de cielo gris
que al rato es alivio de día soleado.

1 comentario:

  1. No-lo-había-visto.
    Amar con locura desenfrenada aquella escena con un par de cíclopes bajo la lluvia.
    Déjame colocar acá un sol para esta entrada, para este nubarrón y por ahí derecho para vos. ☼
    ¡Tres! (:

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