domingo, 4 de marzo de 2012

Toda ave después de su agonía nocturna
busca en la mañana el lugar preciso para descansar.
Encuentra el árbol, la rama 
y lo enamora, le canta dulcemente 
y así se le va todo el día. 
En la tarde vuelve el viento a donde habita el pájaro
y con el crepúsculo abre sus alas,las alza a él.
¿Donde quedan entonces sus canciones?
¿A donde van los pájaros con la noche? 
Tal vez el viento es su mayor amante
que los separa a su antojo.
Y los arboles, muy enamorados, buscan en las sombras su canto,
al no encontrarlos por desamor comienzan a llorar
Quizás tienen vergüenza al hacerlo
y versen más frágiles de lo que se cree,
Es por ello que entre hombres se advierte el peligro de andar entre arboles a ciertas horas;
yo creo que es más una excusa al egoismo, 
por el tedio de escuchar alguien que muere de amor.  

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