jueves, 2 de enero de 2014

Aprendí a buscarme inútilmente entre lo matutino, 
cuando sólo para encontrarme debo mover los pies;
cantarme alto o no cantarme, 
vestirme con este suspiro que vivo,que soy, 
que parece real pero puede no serlo, 
que es cierto pues es mío.


Viví buscándome para sentirme entre las costillas, el pecho y mis veinte dedos;
y me miro con este cuerpo porque no tengo más que uno...
he empezado a pensar ya que este cuerpo es suficiente y cercano pues es lo único que cada instante me acaricia...

A veces este cuerpo se siente lamentable en los días taciturnos
y llora conmigo si es que se me da por llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario