viernes, 27 de diciembre de 2013

Ahora que vivo en insomnio 

y no sé si amanece o es la luz del baño que encendida está chocando contra el vidrio de la ventana y parece ilusoriamente que amanece.


Me duelen los sesos y las pupilas.

Tengo dilatadas las ideas y un vacío en el estómago que hace ruido, parece el motor de un autobús descompuesto.

Creo que el autobús está lleno de recuerdos,

gente que ha sucedido y ha dejado de suceder… 

otra que sigue sucediendo,

gente que baja y sube por las escalas del autobús que a esta hora de la vida pareciese descompuesto.

Es absurdo pretender que ese sonido que surge de mi estómago venga cargado de recuerdos cuando los recuerdos habitan en alguna parte minúscula en mi cabeza...a esta hora no tengo nada más que hacer que pensar con las tripas…
tengo hambre y ausencia de tiempo.
No sé si es madrugada o siguen siendo las doce 
o si realmente ya está amaneciendo y son las cinco.

Mi estomago oscila entre un nudo y un laberinto,
entre un motor, un globo, un bombillo, un agujero negro que me lanza al vacío cuando cierro los ojos;
luego los abro como en duermevela, pareciese que me asusta dormir, sin embargo lo hago cada día, cada día caigo rendida entre las fibras del colchón y la sábana que a medias me llega hasta los tobillos.

pero sueño, sigo soñando.
Entre sueños mi panza no es un nudo sino un pájaro que vuela… es un sustento...
una pájaro de acuarela que revolotea y crea con las gotas que dejan vías para desarmar la pena y la ansiedad que no me dejan dormir...

ya son las seis y el autobus interno ha dejado de sonar…
las luces se apagan gradualmente como dando espacio a la luz del día...

los autobuses de la calle salen y suenan fuertemente…
me consuelo con saber que algún ser que amo va allí entre el metal y el ruido.
Me consuela pensar que sonríe mientras mira a un extraño u observa la ciudad pasando por la ventana mientras recibe suave el viento sobre la cara…

me consuelo de recuerdos,
pero los recuerdos siguen saliendo de mi estómago y no de mi cerebro…

creo que realmente tengo mucha hambre.


martes, 24 de diciembre de 2013


Soy mujer de trapo,
Soy mujer de lana,
mujer que vacila cuando ve la luna y enloquece,
mujer que jugando a ser niña aprende a ser abuela,
soy mujer que navega de la pupila al surco del alma.

Soy el dolor y el llanto,
Soy el vidrio en el que suspiro y empaño,
soy la marca que luego con el dedo hago sobre el vidrio.

Soy la música que saco de mi garganta cuando a las tres los demonios juegan bajo la cama, sin mí.

soy la mujer amargura que teme a los demonios y les grita,
en vez de reir con ellos y bailar con ellos.

Soy esos demonios y no quiero bailar con ellos...
a veces bailo conmigo y me extiendo las manos por el pecho...
entonces bailo con los demonios y los miedos y mis flores en garrones de goma, y mis lapices de colores...
a veces bailo sola con mi propio abrazo y mi sustento. 
A veces sólo soy y no soy más...


lunes, 23 de diciembre de 2013

He soñado desde que lo recuerdo, 
he vivido igual que usted enamorada de la vida, 
de la naturaleza de la luz que lo abarca todo, 
de aullarle a la luna que está gorda por haberse comido todas las estrellas de la noche. 


He creído amar, amo,
 he tenido mi porción de perdidas, 
he vivido despierta pero entre un juego onírico donde planto árboles y salen sorpresivamente en medio de las calles donde los buses pasan y son cobijados con su sombra.

Me he creído pájaro que siempre vuelve a su nido,
 he cantado canciones en ríos porque no hay mejor limpieza que la del agua que se mezcla con nuestro líquido interno y nos lleva a la tormenta, que es una fluidez de magia desbordada que a ratos se pone melancolica y termina en lagrimas. 

Me he perdido en el espejo y me he encontrado, he llorado varios días por amor y desamor...
sin embargo al igual que usted me he sentido pirata izando la bandera de las sonrisas, de las caricias, de los colores, he volado entre varias manos y pupilas.
 He volado en sus pupilas que gritan montañas, aves y prados donde tirarse a observar nubes,
 he visto sus ojos murmurando vida, dolor y experiencia,
 he escuchado la voz de sus caricias, 
esa voz que desde siempre se la puse a sus letras. 

Lo he observado desde mi silencio que parece tímido, pero no es más que la mirada del aprendiz que ve en usted y en los otros maestros...

Usted no es silencio, pues en silencio hasta su corazón habla...
¿Entonces por qué no hacemos un trato? 
¿Y si me desviste el miedo y la duda? 
Lo miraré en su aroma salvaje, le daré de mi aroma que usted dice no descifrar, 
las nubes se van si uno sopla bien...

 El silencio es casi inexistente y usted aún tiene muchas cosas por contarme... 
Y si no es así le propongo otra cosa:
déjeme seguir mirándolo de vez en cuando, cantándome al oído, siendo lo que soy sin tanto miedo, sin tanto dolor, déjeme contarle que tengo una vida fuerte, dulce, agradecida y que si creyó que pudo definirme y yo a usted quizá podríamos estar equivocados... 

Déjeme ponerle un color o una palabra. 

domingo, 22 de diciembre de 2013

"Dejas caer tu 
cuerpo sobre mí,
al fin entre mis 
pequeños brazos 
te sostengo completo
y simulas el fruto rojizo
y eres todo 
al mismo tiempo:
hombre,
negro,
lobo,
amante,
tierra,
barro,
ají,
cacao,
manzana verde,
ratón,
dulzura,
cacho de luna,
montaña,
ojos,
palabras,
hierba,
fuego,
alegría,
vida,
mar,
profundidad,
mar,
y agua,
cielo 
y agua.

...

Y yo tierra,
y tú amor, como el agua, llueves sobre mí
y los ríos nacen."
Juliana Rodriguez. 

martes, 10 de diciembre de 2013

“Ahora lo sé. 
No te quiero por tu cara,
 ni por tus años, 
ni por tus palabras, 
ni por tus intenciones.
 Te quiero porque estás hecho de buena madera.”

La mayoría de los seres humanos, son como las hojas que caen de los árboles, que vuelan y revolotean por el aire, vacilan y por último se precipitan al suelo. Otros, por el contrario, casi son como estrellas: siguen un camino fijo, ningún viento les alcanza, pues llevan en su interior su ley y su meta.