Hey chico vení dame un beso, pero no te prometo nada ¿eh?
Al principio
da miedo, lo sé y quizás con el tiempo te robe los minutos, vos mis espacios y así
sucesivamente hasta que nos vayamos creyendo todo esto.
Con los días seré de
las que se jactan con tus risas, se mezclan en tus ropas, se quedan entre lo
borroso de las horas matutinas.
Seré la tierna niña de vestido floreado que te sonríe seriamente,
las canciones alegres que son libres los sábados en la noche, quedando entre
pistas y oídos ajenos.
Nos iremos creyendo esos cuentos del amor, inventando historias con calles vacías que marcan las huellas, el resumen entre mis pasos, tus puertas, tus emociones, tu sentir de domingo por la tarde, los lunes donde no vienes y el vacío va corriendo los zapatos.
Nos iremos creyendo esos cuentos del amor, inventando historias con calles vacías que marcan las huellas, el resumen entre mis pasos, tus puertas, tus emociones, tu sentir de domingo por la tarde, los lunes donde no vienes y el vacío va corriendo los zapatos.
Hey chico, mírame tan quieta, rastrando a lo lejos tus
arrugas, queriendo dejarte mis colores, mis olores, mis momentos de tristeza,
alegría, soledad; desperdicios de las veces que se llora y no se recogen las lágrimas.
Quedate cerquita. Más cerquita… Eres la persona para mis ojos.
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