viernes, 16 de noviembre de 2012


Hey chico vení dame un beso, pero no te prometo nada ¿eh? 
Al principio da miedo, lo sé y quizás con el tiempo te robe los minutos, vos mis espacios y así sucesivamente hasta que nos vayamos creyendo todo esto.
Con los días seré de las que se jactan con tus risas, se mezclan en tus ropas, se quedan entre lo borroso de las horas matutinas.
Seré la tierna niña de vestido floreado que te sonríe seriamente, 
las canciones alegres que son libres los sábados en la noche, quedando entre pistas y oídos ajenos.
Nos iremos creyendo esos cuentos del amor, inventando historias con calles vacías que marcan las huellas, el resumen entre mis pasos, tus puertas, tus emociones, tu sentir de domingo por la tarde, los lunes donde no vienes y el vacío va corriendo los zapatos.
Hey chico, mírame tan quieta, rastrando a lo lejos tus arrugas, queriendo dejarte mis colores, mis olores, mis momentos de tristeza, alegría, soledad; desperdicios de las veces que se llora y no se recogen las lágrimas. Quedate cerquita. Más cerquita… Eres la persona para mis ojos. 

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