lunes, 9 de septiembre de 2013

Yo le pienso lo suficiente,
le imagino ahí sentado en su sillín de libertad andante,
de pedales viajeros por su impulso;
impulso de sus pasos que no tocan suelo.

Yo le veo volando entre el viento cariñoso,
Con los brazos de par en par, 
sin temor a que tenga que frenar en cuestión de segundos...
cuando el tiempo no le alcance,
entonces salga volando un poco más alto para luego caer al suelo 
y que le duelan los tobillos
y que ya no vuele… 
qué temor si ya no vuela…

Yo vuelo con usted entre sus ruedas,
yo le escucho cantar entre el tráfico.
Yo lo siento llegando y también vuelo,
pero a diferencia de usted en su viaje, yo voy perdiendo el equilibrio por los nervios de verle.


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