lunes, 23 de septiembre de 2013

...Entonces hablaría de sueños y me mirarías con los ojos chinos por la risa, tus labios se apretarían sobre tus dientes y aparecería tu sonrisa chueca que tanto me gusta. Te diría de tiempos sin tiempos, de colores verdes, de cielos color musgo, de mujeres que hacen tortillas y ancianas que nos regalan collares. De caminatas sobre realidades grises, de comidas con sabores extraños. Me contarías de sueños que sólo tú entiendes y que a mi me intrigan. De mujeres medicina y serpientes. De inciensos y veladoras que arden al compás de tu respiración… y el desayuno sería delicioso con un sinfín de realidades alternas.

 Hablaríamos de sueños sin necesidad de dormir, soñándonos con los ojos abiertos.

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