sábado, 4 de mayo de 2013


Hay que sentarse y respirar un ratico de si mismo,
marchitarse alegremente por saber próxima la llegada,
que te pone a mirar a lo lejos la propia vida, el renacer...


Uno vuelve mejor, más sanito,

le pone pajaros azulados a lo que quiere ver,

así el mundo ya no se marchita tanto...
le sale un olorcito a fruta madura,
a árbol al medio día,
a sol sobre piel como la tuya que se cubre y escapa de él...
pero siempre vuelve el astro al rincón;
hasta las casas más desoladas son marcadas por el fulgor solar,
así que vos, sí vos,
respirate un poquito aquí en el rincón,
juguemos bajo la sábana que creemos como escudo,
la armadura frente al miedo y la razón...
Pintemos paredes abundantes de colores que no se derramen,
y si se derraman que sea aquí, entre nosotros.



Te respiro.

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