jueves, 21 de abril de 2011

Descifre  que a la mañana siguiente el mundo seria distinto… quizás porqué el monstruo del armario daría por fin la cara y lo entendería. Pronunciaría la causa de su existir, el relato de su color… de que parte de mi cabeza se había aferrado… contaría quizás porque habitaba en mi armario y no en el de otro niño; su olor favorito o si le gustaba la canela…. Y de a poco narrarme incontables cosas alusivas a la realidad…la mía, la suya, la universal. Con el tiempo comprendí, que él igualmente tenia miedo; también permanecía un ser monstruoso bajo su cama… yo… tenia temor de mí. Ahora vamos enganchados de la mano, aprendiendo a vivir con nosotros mismos… asimilándonos como uno solo … con la certeza de que a su lado el siguiente día sería diferente… yo lo sería.


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