lunes, 20 de abril de 2015

A veces siento que no aguanto el día.
Que los edificios hacen la calle más apretada. 
Que la gente olvida porque no todo importa y es normal.
Que los animales hacen ruido pero casi nadie los escucha.
Que a la gente se le mojan los libros cuando llueve.

Hay días en que la melancolía vale menos y pago por ella centavos. 
Que ser feliz no tiene precio pero cuesta actos y dos grandes cajas de valentía.
Que uno llora porque recuerda las cosas innombrables
 y le salen lágrimas llenas de palabras en un idioma que no se sabe hablar.

Que no recordar los sueños lo llena de uno de deja vus 
y de confusiones
y de sentimientos desconocidos.

Hay días en que ningún zapato me queda
porque caminar, de por sí,
me resulta incómodo.

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