martes, 2 de octubre de 2012

Somos una marca, 
una fuente carente de flujo,
una huella insensata que vive entre cosas ligeras
o un peso sin rostro que no se sabe llevar. 
Somos de otras orillas,polos distintos,
de todas partes,con varios ojos,lenguas, 
siete mil millones de cuandos,de fallas, de"que hubiera pasado si..."
Una incertidumbre, una duda 
Que ciertas veces abunda solo de materia, 
de consumo,carencias y monotonía... 
De palabras sin sentido y desamor. 
O quizás somos el rastro de amores pasados,
una tarde acompañada de pena, de timidez, 
de arrugas, de descubrimientos,
como esas cartas perdidas que se encuentran entre hallazgos lejanos,en medio de escombros, de muros, de aviones colisionados hace décadas, 
en incendios o gavetas con llave, 
saturando de melancolía los días,
esas palabras que volviendo entre el olvido se quedan un buen tiempo, te recorren la cabeza, te cuestionan esas ganas de vivir.
Pero todo estará muerto alguna vez, 
perdido, enterrado a tres metros, en una caja, casi olvidado. 
Y al morir lo abandonarás todo, 
tanta gente como alcanzaste amar, tantas prendas, papeles, lagrimas de ausencia o alegría que se van filtrando entre poros o terminan evaporados entre el suelo y la mugre.
Dejaremos esos restos de tristeza y agonía, lo que a veces hace falta para inspirarse o siquiera hacernos compañía 
cuando ni llegan a la puerta los servicios públicos. 
Esa agonía que atisba fe,
que te levanta, 
que va viajera pues no se pierde,
que nos mata ciertas veces sin importar donde se este. Abandonarás ese rincón por el que pasaste, esa grieta, esa ventana, esa silla casi desecha de tanto uso. 
Y aunque quizás deshabites y se te vaya todo quedará esa imagen que te toca, esa inmortalidad que se deja entre la risa, el ultimo cabello y las caídas que tan bajo te llevan a creer que no volverás, que ya lo has perdido todo. 
esa imagen que sos ahora,
que somos todo el tiempo sin saberlo.


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