viernes, 23 de diciembre de 2011


Hay nubes grises, que se toman el pecho si andamos tristes, 
y con los suspiros y el frió salen por la boca.
Otras que cogen su color cuando están cerca del sol.
Hay nubes viajeras que recorren el mundo en cuarenta minutos.
nubes que desde el espacio parecen crema batida
y desde la tierra algodón de azúcar.
Unas densas, pequeñas  y brillantes, cuyos bordes se rozan.
nubes como lagrimas, como rabanos, como gatos.
Hay nubes negras que en unos instantes cubren el cielo e inundan la tierra de lluvia.
Hay otras enamoradas que luego toman rumbos diferentes
y se vuelven esponjosas de humanidad.
Hay nubes pesadas como tanques de guerra.
Algunas nostálgicas que recuerdan la cara del ser que amamos
Y nubes con rostros que no queremos recordar.
Nubes como esponjas,
Nubes que se ausentan y hacen el cielo mas grande.
Nubes que se ven como enormes barcos.
Otras que nos hacen pensar que tan grande somos.
He pasado toda mi vida mirando las nubes
Descubrí que no ha habido dos idénticas.
Así quiero morir, mirando al cielo.
Comprendiendo que los grandes espíritus son como las nubes,
que se pasan la vida recogiendo para derramarse.

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